¿Quieres conocer a alguien?
Camina en sus mocasines (proverbio de los indios americanos)
En los procesos comunicativos podemos percibir los hechos desde tres posiciones que determinan el resultado de la evaluación de los resultados de nuestras interacciones:
- Propia perspectiva: oímos, vemos y sentimos la experiencia en nuestra propia piel y, si se trata de recuerdos, podemos incluso revivir al detalle emociones, imágenes, sonidos y sensaciones. Aquí se toma en consideración nuestro propio punto de vista, nuestra propia perspectiva porque estamos metidos en nuestros propios zapatos.
- Perspectiva del otro: vemos, oímos y sentimos como él porque nos ponemos en su lugar. Es la posición de la empatía en la que asimilamos por completo la experiencia ajena como si fuera la nuestra propia subordinando nuestra interacción a su supuesta acción ya que suponemos lo que piensan y sienten. Con ello corremos el riesgo de la exageración (positiva o negativa).
- Posición de Observador: construimos la experiencia viendo y oyendo como si fuera una película en la que participamos, pero sin experimentar ningún tipo de sensación o emoción. Con esto no hacemos evaluaciones apasionadas que nos permiten cambiar más fácilmente de rumbo hacia el resultado deseado.
¿QUÉ POSICIÓN ADOPTAMOS?.
Dado que los que perciben, piensan y actúan desde si mismos se encierran en su propio modelo de mundo, los que se ubican tanto en la posición del otro dejan de percibir sus propias necesidades, pensamientos y sentimientos y los que lo ven todo desde fuera se comprometen poco mostrándose distantes; lo ideal sería cambiar de posición. A más experiencias mayor flexibilidad, algo muy importante para las relaciones personales.