Reforzadores positivos pueden ser:
- Naturales: comer cuando se tiene hambre o beber cuando se tiene sed.
- Artificiales: de forma deliberada y programada con la pretensión de aumentar la emisión de una conducta concreta. Ejemplo: dar un caramelo a un niño cuando recoge sus cosas.
- Primarios: satisfacen las necesidades biológicas básicas: comer, beber, dormir...
- Secundarios: deben ser aprendidos.
- Siempre después de la conducta.
- La demora produce desmotivación e incluso desorientación reforzando conductas distintas a las iniciales.
- Es importante que el niño sepa lo que se espera de el y cuales son las consecuencias o reforzadores a aplicar.
- Un reforzador aplicado de forma constante durante largos períodos de tiempo pierde eficacia. Conviene cambiarlo
- No se debe retirar de forma brusca porque se puede extinguir la conducta.
- La cantidad y calidad del reforzador ha de estar en consonancia con la cantidad y calidad de la conducta.